La enfermería quirúrgica es una especialidad que se ocupa de la asistencia en la fase crítica y que, si bien es exigente, brinda grandes satisfacciones personales. Es una actividad dinámica, con cambios constantes, en la que los cuidados que se brindan al paciente, constituyen un factor decisivo para su supervivencia postoperatoria.
domingo, 10 de noviembre de 2013
Recepción del paciente
Cuando el paciente llega a la UCI, se debe llevar a cabo una inmediata valoración de los signos vitales, incluyendo frecuencia y ritmo cardiaco, tensión arterial, adecuación de la ventilación y oxigenación, temperatura, diuresis y estado neurológico, intentando corregir cualquier anomalía que se detecte.
Todos lo datos de laboratorio (hematimetría, bioquímica general, gasometría y coagulación sanguínea) deben de repetirse con el fin de tener una información de base del paciente.
Debe de realizarse un ECG de 12 derivaciones, sobre todo en pacientes con riesgo de tener enfermedad coronaria. Así mismo, debe de realizarse una radiografía torácica a todos los pacientes que llegan de quirófano, a fin de descartar , atelectasias, barotrauma u otros problemas pulmonares que pudieran acontecer durante la intervención.
Si el paciente está con drogas vasoactivas hay que poner especial atención en las dosis y diluciones para continuar con las mismas, así como asegurarse de que no dejan de pasar en ningún momento, ya que muchos pacientes, drogodependientes, pueden sufrir gran inestabilidad hemodinámica o incluso parada cardiaca en este proceso.
Debe de obtenerse toda la información posible del anestesista, cirujano y de la hoja quirúrgica que pudiera tener relevancia en la aparición de complicaciones posteriores.
Deben de evaluarse todas las sondas y drenajes, conociendo su lugar exacto de localización y vigilando el ritmo y las características del drenado.
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